José Luis Egío
Ha ocurrido en Murcia. El pasado domingo una concentración convocada por la asociación Libertas Sui Iuris y apoyada por cargos públicos y simpatizantes de Vox, cargaba contra la gestión de la crisis del coronavirus por el gobierno y el estado de alarma. Entre las reivindicaciones de los escasos 20 participantes, que ya se movilizaron en febrero en apoyo del polémico pin parental, se colaron también las ya tradicionales quejas contra el “adoctrinamiento comunista” en las aulas.
Lo más llamativo fue que la encargada de leer el manifiesto contra el adoctrinamiento fuera una niña de 11 años, Isabel Carolina del Escorial. Se da además la paradoja de que los convocantes defienden un modelo de educación concertada estrictamente católica para sus hijas e hijos, llegando incluso a separar a chicas y chicos en escuelas sostenidas generosamente con dinero público, pero gestionadas por grupos religiosos. Con medidas como el pin parental buscan ahora extender estos valores ultraconservadores también a esa escuela pública que rechazan.
Las acusaciones de ideologización “comunista” y de hacer “proselitismo LGTBi”, lanzadas desde Vox y apoyadas de forma indirecta por el gobierno de Murcia al aprobar el pin parental, han causado gran malestar entre docentes y AMPAs de la escuela pública. Creen que detrás de estas acusaciones solo se busca desprestigiar a una escuela pública que ve año tras año congelada su financiación, mientras que el dinero destinado a la educación concertada ha aumentado un 240% en dos décadas, pasando de 67 a 226 millones de euros.
TE NECESITAMOS PARA SEGUIR CONTANDO LO QUE OTROS NO CUENTAN
Si piensas que hace falta un diario como este, ayúdanos a seguir.
