José Manuel Martín Medem
Entre los mejores del tenis, Rafael Nadal es el que tiene el peor servicio. Si sacara mejor, habría superado su asignatura pendiente: no haber ganado ni un master.
Sabemos cuál es la diferencia entre Nadal y Federer: Nadal es un deportista (corre más) y Federer un tenista (juega mejor). Lo que no sabíamos es que Nadal también sirve mal cuando opina como un analista político y un especialista en pandemias.
No le gusta lo que ha hecho el gobierno contra el coronavirus: “Si se hubiesen adoptado medidas preventivas antes, se hubieran evitado todas las medidas extremas que hemos tomado después”. Doble falta. La primera por pontificar como si fuera un experto en epidemias. La segunda por tropezar con la red cuando pone su prestigio al servicio de la peor política.
Doble falta como la de Pablo Casado. No se atrevió a votar contra el estado de alarma después de acusar al gobierno de imponer un supuesto estado de excepción para establecer una dictadura constitucional que acabe con la libertad, la economía de mercado y el Estado de Derecho. ¡Qué barbaridad! Doble falta. La primera por ladrar y la segunda por no atreverse a morder.
Y ya que estamos sobre la pista, doble falta también de Pedro Sánchez. La primera por decir en el Congreso algo que no se cree ni él: que las grandes empresas de la radio, la prensa y la televisión son independientes. Y la segunda por arrastrar los pies con el ingreso mínimo vital.
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