Cuba tiene la intención de producir 100 millones de dosis de la vacuna Soberana 02 con las que vacunar a su población y colaborar en otros países. De esta forma, la apuesta del país caribeño se convertiría en la primera vacuna de América Latina contra el COVID-19. El director general del Instituto Finlay de Vacunas, Vicente Vérez, ha asegurado que ya se están reorganizando las capacidades productivas —en conjunto con la farmacéutica BIOCEN— para poder satisfacer la elevada demanda.
El científico ha confesado que el objetivo cubano es puramente humanitario. Por eso, —y aunque admite la necesidad de financiación para la producción de la vacuna y otros medicamentos— Vérez ha garantizado que compartir la vacuna con países que la necesiten es una prioridad: “Merecen todos, sin distinción, estar protegidos por vacunas eficaces y seguras contra cualquier enfermedad”.
De esta forma, Cuba ya planea compartir su vacuna con otros países interesados como India, Vietnam, Irán o Venezuela. Un compromiso ético por parte del país caribeño que no parecen compartir empresas como Pfizer o Astrazeneca, quienes incumplen con las dosis acordadas y —aludiendo a supuestos problemas en la producción— han ralentizado la fabricación de las dosis. Algo que, en consecuencia, aumenta los beneficios económicos de dichas empresas al mismo tiempo que aumentan los fallecidos.
Una posible maniobra que ya ha tenido la respuesta de Italia, que emprenderá acciones legales contra la farmacéutica Astrazeneca por la reducción del lote de vacunas acordado. Algo que el país vecino también hizo con Pfizer y BioNTech para —según defendía el primer ministro italiano, Giuseppe Conte— “reivindicar el respeto a los compromisos contractuales y proteger a nuestra comunidad nacional”.
Una denuncia pública liderada por Italia a la que se ha sumado la indignación de otros países como Finlandia, Estonia o Letonia. Por su parte, la Unión Europea está intentando presionar a las farmacéuticas involucradas para que entreguen las dosis que se habían comprometido a proporcionar durante el primer trimestre del año. Un compromiso que, de no cumplirse, dejará más muertes a causa de la pandemia.
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2 Comments
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José Antonio García Sánchez
26 de enero de 2021 14:41 at 14:41
Sigo en desacuerdo en llamar vacuna a lo que están poniendo. No saber la temporalidad de su protección me descoloca. De toda la información que me llega empieza a tomar peso el comunicado de la OMS . Si la vacuna erradica el contagio temporalmente la enfermedad se cronifica, seremos tan dependientes de la «vacuna» como de una droga. Es el negocio perfecto y perfectamente programado, si le tocan los intereses te dejan sin dosis.
Josu Monreal
30 de enero de 2021 13:56 at 13:56
Es patético que no haya un organismo internacional, que en estos casos de emergencia, no compre las patentes y produzca vacunas en masa para todo el planeta, no importa que el país sea rico o pobre.
NEOliberalismo lo llaman…
Somos un planeta ridículo.