U.H.- Los madrileños y madrileñas han vivido (y sufrido) durante estos últimos años en sus carnes el resultado de que su territorio haya servido como laboratorio neoliberal. En el caso de las residencias, a cambio de ahorrar "cada céntimo en comida, suministros y personal", los ciudadanos padecen un modelo y un entramado del que salen beneficiados los mismos nombres de siempre.
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