Que París ardiera fue aliciente (y no menor) a la hora de constituir Mayo del 68 como mitología en la que el fervor revolucionario podía combinarse con unas gotas de Chanel nº5. Las imágenes de aquellos días hicieron unas fotografías extraordinarias gracias a las barricadas que se ubicaron en los bulevares parisinos. Y así hasta hoy. Es decir, que una barricada ardiendo resulta un icono con fortísima potencia y pone a Ferreras o Vicente Vallés (incluso a Pablo Motos) en posición de firmes, con la bayoneta calada. Lógicamente.
El artículo completo, aquí.
TE NECESITAMOS PARA SEGUIR CONTANDO LO QUE OTROS NO CUENTAN
Si piensas que hace falta un diario como este, ayúdanos a seguir.
