La ausencia de políticas para combatir la pandemia, las polémicas declaraciones subestimando los efectos del contagio y el aplauso a la gestión de Trump ha llevado a Brasil a situarse con más de 1,6 millones de contagiados.
Uno de ellos, su presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien comenzó a mostrar síntomas este domingo. Círculos cercanos a la presidencia aseguran que se encuentra bien y estable. "Comenzó el domingo con una breve indisposición", aseguraba el propio mandatario, siguiendo un tratamiento con cloroquina.
El país está viviendo una de las crisis más duras de su historia, donde se arrojan datos tan alarmantes como que el 55% de la población negra e indígena hospitalizada por COVID-19 acaba falleciendo. Sin embargo, Bolsonaro se ha mostrado paseando por las calles, sin apenas medios de protección y sin mantener la recomendación de distancia social.
Con la curva de contagio en crecimiento exponencial, parecían arriesgadas dichas prácticas del mandatario, algo que ha supuesto otro contagio más a la escalofriante suma de positivos que sufre el país latinoamericano.
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