Tomo nota del comentario de un amigo: la justicia es igual para todos pero las sentencias son diferentes según las características de los afectados.
Como en el caso de la Cañada Real.
¿Se puede rechazar la denuncia de los vecinos aceptando como palabra de Dios la argumentación de la empresa acusada?
Es lo que, según el abogado de los afectados, ha hecho el juzgado de instrucción número 42 de Madrid, archivando la denuncia de la Cañada Real contra Naturgy. “No se ha realizado un informe pericial independiente ni se ha escuchado a los afectados”, denuncia el abogado.
El informe presentado por Naturgy dice que cortaron el suministro como consecuencia de “las sobrecargas por conexiones ilegales y la manipulación de la red”. Palabra de Dios para el juzgado de instrucción. Los vecinos pedían la medida cautelar de restablecer el servicio para que se realizara una investigación independiente. Ahora van a recurrir ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Parece que tropiezan con una justicia empresarial que solo tiene oídos para la arrogancia de una compañía que pretende imponer su versión sobre un conflicto que provoca el desamparo de un vecindario muy vulnerable.
“Nos resulta descorazonador -dice el abogado de las víctimas- que se asuma un informe de la parte denunciada para no aceptar la demanda”.
¿Es igual la justicia para todos? ¿Son diferentes las sentencias cuando el poder judicial elige entre una poderosa empresa y un colectivo marginado? Si no es una justicia empresarial, se parece mucho. Resulta muy razonable que mi amigo llegue a la conclusión de que la luz de la justicia no ilumina en igualdad.
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