Previsiblemente esta semana el Congreso dará luz verde a la esperada
ley de regulación de la eutanasia. La falta de voluntad política por parte de anteriores Gobiernos había impedido su desarrollo, a pesar de contar con la aprobación mayoritaria de la opinión pública según recogen varias encuestas del
CIS.La Iglesia Católica ha reaccionado contra la regulación del derecho a una muerte digna. Los obispos consideran que "instaura una ruptura moral, un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida”. Como protesta convocan a una jornada de ayuno y oración el próximo día 16.
La Conferencia Episcopal hizo pública una nota denunciando “la acelerada tramitación”, "sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público", la iglesia una vez más alejada de la opinión de la sociedad equipara la futura Ley de regulación con un suicidio asistido y tildándola de derrota "la eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos”
Los partidos de ultraderecha están organizando campañas con el objetivo de embarrar la nueva ley, al igual que ya hicieron con la reforma educativa. Esta nueva campaña de descrédito al gobierno surgió del congreso Católicos y Vida Pública. Este congreso congrega a la flor y nata de la ultraderecha católica española, con Vox y HazteOír como sus principales impulsores. La ultraderecha católica española intenta acusar al Gobierno de impulsar "una pena de muerte encubierta" con la aprobación de esta ley.
Son muchos quienes ven detrás de estas polémicas acciones una clara disputa de la derecha por el voto ultracatólico. Esta semana pasada mientras Vox impulsaba esas acciones, Pablo Casado, portavoz del Partido Popular, se reunía con el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, en la sede de los obispos españoles.